El Abarth 500 es un modelo realizado sobre el Fiat 500. Está a la venta en España desde 18.500 € en su variante de 135 CV. Se puede instalar un paquete de mejoras (kit «esseesse») que, entre otras cosas, aumenta la potencia a 160 CV sin perder la garantía de la marca (más información).
En km77.com hemos probado la variante de serie, con 135 CV. Los aspectos más sobresalientes de este coche tienen que ver con su agilidad de reacciones y con la energía de su motor turboalimentado. Precisamente, lo que más le distingue de otros vehículos pequeños y potentes, como un Renault Twingo RS (15.380 €) o un Citroën C2 VTS (122 CV y 12.200 €) es su capacidad de aceleración. También se distingue porque su precio es mucho más elevado.
Con el Abarth 500 se puede disfrutar de una conducción rápida por carreteras de muchas curvas lentas. Tiene buen tacto y a la vez reacciones muy vivas y algo bruscas cuando se aproxima al límite de adherencia, especialmente sobre carreteras con el asfalto ondulado o bacheado. Por esa causa, es más difícil de conducir a ritmo rápido que, por ejemplo, un Renault Twingo RS.
El confort de marcha está muy limitado por la dura y —en ocasiones— seca suspensión y, en menor medida, por el ruido que genera el motor cuando se acelera con decisión.
La posición al volante tiene el inconveniente de que cuando el conductor se coloca a una distancia correcta del volante, los pedales quedan muy cerca obligándole a llevar las piernas muy flexionadas.
El Abarth 500 se vende en los concesionarios propios de Abarth, que actúan como una marca independiente de Fiat. Actualmente hay dos, abiertos en Gijón y Valencia. A lo largo de 2009 se abrirán otros en Madrid, Barcelona, Sevilla, Canarias y Vigo.
Actualmente, si un cliente quiere un Abarth en otra ciudad de España, es posible gestionar la compra a través de un concesionario Fiat, donde se recogerá el coche.
En km77.com hemos probado la variante de serie, con 135 CV. Los aspectos más sobresalientes de este coche tienen que ver con su agilidad de reacciones y con la energía de su motor turboalimentado. Precisamente, lo que más le distingue de otros vehículos pequeños y potentes, como un Renault Twingo RS (15.380 €) o un Citroën C2 VTS (122 CV y 12.200 €) es su capacidad de aceleración. También se distingue porque su precio es mucho más elevado.
Con el Abarth 500 se puede disfrutar de una conducción rápida por carreteras de muchas curvas lentas. Tiene buen tacto y a la vez reacciones muy vivas y algo bruscas cuando se aproxima al límite de adherencia, especialmente sobre carreteras con el asfalto ondulado o bacheado. Por esa causa, es más difícil de conducir a ritmo rápido que, por ejemplo, un Renault Twingo RS.
El confort de marcha está muy limitado por la dura y —en ocasiones— seca suspensión y, en menor medida, por el ruido que genera el motor cuando se acelera con decisión.
La posición al volante tiene el inconveniente de que cuando el conductor se coloca a una distancia correcta del volante, los pedales quedan muy cerca obligándole a llevar las piernas muy flexionadas.
El Abarth 500 se vende en los concesionarios propios de Abarth, que actúan como una marca independiente de Fiat. Actualmente hay dos, abiertos en Gijón y Valencia. A lo largo de 2009 se abrirán otros en Madrid, Barcelona, Sevilla, Canarias y Vigo.
Actualmente, si un cliente quiere un Abarth en otra ciudad de España, es posible gestionar la compra a través de un concesionario Fiat, donde se recogerá el coche.